31 mayo 2006

¿Tuve o no un bebé?

Hoy por primera vez voy a llevar a mi hija a la casa. Ni mis abuelos, ni mi hermana supieron que estuve embarazada y que tuve una niñita.

Mi mamá me acompaña en el recorrido. Subimos a una moderna línea del Metro, cuyos nombres de estaciones no recuerdo, pero sé que son nuevas. Así llegamos hasta un lugar, no sin antes preguntar qué combinación nos servía para ir a la Virgen de Lourdes.

Cuando vamos caminando, miro la cara de la niña: es fea, tiene granos y protuberancias (creo que fue por el reportaje que vi en Diagnóstico). Sin embargo la vuelvo a mirar y es muy linda. Su piel está tersa, clara. Ella tiene el pelito castaño, parece un angelito. Empieza a llorar y mi mamá me dice que tiene hambre.

Ese es el primer problema que tengo: me da asco amamantarla y pregunto si tiene una mamadera. Pese a esto, le doy leche y se queda tranquila.

Conversando con mi mamá ella me pregunta cómo fue el parto, entonces empiezo a recordar que nunca parí, que nunca tuve barriga de embarazada, que nunca cuidé a la niña antes de este momento (antes la cuidaba el papá). Con estas incógnitas pregunto en qué hospital estuve y me dice: en el Hospital del Diablo.

Quedo impactada. Seguimos caminando y ahora sí estoy segura de que nunca tuve a la guagua.

De pronto la manta en que tenía envuelta a la niña se desarma y se cae. La recojo y cuando miro, hay una muñeca que está desarmada en piezas, las que alguna vez sólo estuvieron unidas por pequeños imanes.