13 enero 2006

La espera y la rueda de la fortuna


Raúl tiene que llegar pronto a la casa y, según él, salió hace mucho rato, pero está extraviado. Nos llama y pide, a mi pololo y a mí, que salgamos a su encuentro. Con Demián comenzamos a caminar desde República en dirección al centro y a la altura de La Moneda, nuevamente telefonea mi amigo: nos dice que no nos preocupemos, pues se juntará con una ex novia de Rodrigo con quien se vendrá.

Entonces llegamos a un estacionamiento y tenemos que descender, pero lo hago sola, ya que Demián no puede ser visto. Él se vuelve invisible y me acompaña hasta el nivel -5. Allí hay un jeep azul que se supone es el que debo manejar (yo no sé conducir). Me subo al auto y aparece mi pololo. Todavía es trasparente y sólo se le ve una chaqueta roja que lleva puesta.

Finalmente, Demián me dice que dejemos todo tal como está y que será mejor subirnos a la rueda de la fortuna. Siento el vértigo de ese aparato dando vueltas, pero no tengo miedo. Cuando creo que ya todo pasó, volvemos a subirnos a la rueda y seguimos dando vueltas.