13 enero 2006

La espera y la rueda de la fortuna


Raúl tiene que llegar pronto a la casa y, según él, salió hace mucho rato, pero está extraviado. Nos llama y pide, a mi pololo y a mí, que salgamos a su encuentro. Con Demián comenzamos a caminar desde República en dirección al centro y a la altura de La Moneda, nuevamente telefonea mi amigo: nos dice que no nos preocupemos, pues se juntará con una ex novia de Rodrigo con quien se vendrá.

Entonces llegamos a un estacionamiento y tenemos que descender, pero lo hago sola, ya que Demián no puede ser visto. Él se vuelve invisible y me acompaña hasta el nivel -5. Allí hay un jeep azul que se supone es el que debo manejar (yo no sé conducir). Me subo al auto y aparece mi pololo. Todavía es trasparente y sólo se le ve una chaqueta roja que lleva puesta.

Finalmente, Demián me dice que dejemos todo tal como está y que será mejor subirnos a la rueda de la fortuna. Siento el vértigo de ese aparato dando vueltas, pero no tengo miedo. Cuando creo que ya todo pasó, volvemos a subirnos a la rueda y seguimos dando vueltas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aprendes a konducir, tu novio es el hombre invisible y te montas en una noria ke no para de girar (esto de la noria ya es chungo porke marea), pero lo demás es la ostia (kon perdón,nu sé si akí se permiten takos o hay censura).

Elisa Segura Henríquez dijo...

qué es la ostia? qué significa ese término?... es como lesera, porquería, eso?????

Anónimo dijo...

Ke es la ostia signifika signifika ke es komo para flipar, para alucinar, ke es chévere, alucinante.
Smuaks, abrazos y feliz no kumpleaños.

Elisa Segura Henríquez dijo...

Ni lo digas... es realmente impresionante cómo nos condicionan. Ultimamente he tenido sueños muy violentos y me despierto desganada y preocupada. Son períodos que atravesamos no más y habrá que ahcerles frente.