28 abril 2005

Otra vez sólo tengo recuerdos fragmentados de los primeros sueños. El último está completo.
  • Me rasco la piel y se sueltan pedazos de ella. Grandes pedazos en forma de espiral. Parece que está muerta. No me duele, pero sí sangro en algunas partes, principalmente en la cintura.

  • Una abeja me persigue y como le tengo pavor me arrojo a una piscina. Es profunda, pero pronto me puedo incorporar. La sensación más exquisita es que respiro bajo el agua.

  • Estoy en una micro con mi amiga Cintia. Parece que es la intersección de La Estrella con J.J Pérez. Lo particular del lugar es que una compañera de curso, la Cony, pasa en bicicleta junto a otra persona que no conozco. Quiero saludarla, así que me bajo del micro. La Cony está vendiendo pan amasado. Reviso mis bolsillos y tengo cuatro mil pesos. Me acerco a preguntarle a una señora que vende tortillas si la conoce, pero como me dice que no, sigo buscándola. Al final de un camino, donde predominan los colores tierra y los árboles en otoño, está quien asumo un familiar de mi compañera. Me dice que está ocupada, pero que ella me puede ayudar. Le encargo pan amasado y otros que están rellenos con queso y huevo para mi familia.

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