23 abril 2005

Verónica, la amiga de mi hermana, tiene una guagua de seis meses. Es rubia y de ojos claros. La niña ya habla y conversa conmigo.

Verónica me dijo que me coloque su falda para que sienta qué es estar embarazada.
Entonces me doy cuenta que tengo una guata gigante.

La niña me habla y me trata como si fuera su mamá, pero sé que es hija de Verónica.

De pronto, el bebé se convierte en un rollo de carne que hace un montón de caca, pero blanca y sin olor.

Mi mamá, con un trozo de género, le saca la "humedad" a la caca.

Ya no existe ni la guagua ni el rollo de carme. La niña se ha convertido en una ramita seca que trato de humedecer con el trozo de género que había usado mi mamá.

No hay comentarios.: