Está lloviendo brutalmente y bajo corriendo a buscar a mi abuela que insiste en ir a devolver unos cds. Me extraña esa iniciativa de ella, que siempre se queja de que le cuesta caminar. Mi tata también había salido a su encuentro, pero los hago devolverse a la casa.
Tomo los discos y me dispongo a llevarlos. No hace frío, aunque la lluvia cae con fiereza.
Entonces me doy cuenta de que para llegar a destino necesito entrar por unos agujeros. Son muy chicos para mí, pero al hacer el intento quepo fácilmente.
Hay unos tipos. Son malas personas y se les nota. Uno de ellos se abalanza sobre mí y quiere matarme. Tomo unos tenedores y se los entierro en la espalda a la altura de los pulmones... luego por las costillas. El tipo no hace nada y sigue ahorcándome.
Siento que no puedo respirar y que estoy muriendo, pero sigo defendiéndome.
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