02 enero 2006

Toda una aventura


Estoy sobre un cerro y miro al frente. Allí hay un río de aguas oscuras. Lo particular es que este río lleva una gran cantidad de tallarines, queso, salsa de tomates y carne, y con un palito lo hundo para que se vaya...

Luego de eso, me encuentro con Janito, quien me invita a los glaciares. Me dice que me abrigue y partimos rápidamente en un auto blanco.

Llegamos hasta una cuesta donde hay caminos de ladrillos y muchos castillos. Uno que me llama la atención es azul y tiene luces en su entrada. Al lado, hay una construcción café... la más hermosa que he visto.

Pero debemos seguir y nos estacionamos en la nieve. Allí hay un cordero que se está muriendo de hipotermia. El animal tiene cara de hombre. Tomo una chaqueta y lo abrigo... es como si hubiéramos ido a buscarlo.

Ahora en el auto hay dos personas más. Una va adelante acompañando a Janito y atrás va una niña pequeña y muy linda... tiene el pelo claro, amarrado como un tomate y los ojos verdes. Me da las gracias y me besa las manos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no sé... si bien no soy experta en sueños, me parece algo rara tu historia. sigues escribiento tan bien como siempre, pero cada día estas más chaladita. besos

Anónimo dijo...

Un cordero kon kabeza de hombre.
Un rio para hacer sopa de verduras.
Una zona residencial, pero no kualkiera, no podían ser chalets, tenían ke ser kastillos.
Y una tierna niña ke te da un besito en las manos, kizá por abrigar al kordero kon kabeza de hombre ke sufre hipotermia.
Tu amiga kreo ke tiene razón, estás un poko chalada.
Muxos smuaks, abrazos y feliz no kumpleaños, y gracias por soñar.

Elisa Segura Henríquez dijo...

:D de nada, Tere... a todo esto, porqué te haces llamar Juan Palomo?