16 marzo 2006

La gran angustia

Cerca de la calle España hay un edificio colorado, creo que es un hotel. Allí, en el segundo piso, se aloja Fidel Castro, pero en su lugar está Bin Laden.

En eso veo a mucha gente que viste de negro y que tiene que tomar un avión. Entre ellos va mi amigo Ignacio, así que corro a su lado y le pido que no se vaya. Lloro mucho y le beso las manos, pero él me dice que es necesario.

Como me doy cuenta de que ya no lo puedo detener, me infiltro en el edificio y consigo que ese hombre barbón saque a su mujer y me deje en su reemplazo. Lo que no sabía es que aquella señora envejecida y de pelo canoso debe morir ante mi aparición.

Ruego e insisto que no es necesario matarla, pero la orden ya está dada.

El tumulto se ha ido y de Ignacio no tengo pista.

Entonces aparecen dos jóvenes armadas, una de ellas me hiere en el abdomen y me defiendo matando a una. Sin embargo, la otra es más fuerte que yo y me dispara nuevamente, acerca su escopeta a mi sien derecha y jala el gatillo.

Ya no veo, sólo escucho y ella dice "parece que la maté". Sin embargo, por mi mente que aún funciona sé que estoy viva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenida de tus vakaciones. Ahora viene la kruel realidad realidad de enfrentarte otra vez al Maldito Trabajo.

En este sueño se ve klaramente komo kerías konseguir una primicia a toda kosta, incluso poniendo en peligro tu vida. Lo del disparo era para presumir x la herida de guerra, estoy segura, ja,ja.

Me ha hecho muxa gracia. La próxima prokura ke no te disparen, o.k.?

Smuaks, axuxones y feliz no kumpleaños

Aznar, el de la foto, si era el anterior presidente de España pero x fortuna ya no lo es.

Elisa Segura Henríquez dijo...

Me quedó claro que no lo querías mucho. Esta vez, feliz no cumpleaños para ti.